- Una valiosa fuente de inspiración del atletismo mexicano
- La inquebrantable Doña Chayito
- Autoridades de los tres niveles de gobierno deben de voltear a ver a este tipo de personas que fomentan el deporte con su ejemplo
( Humberto Javier Vega ).- Rosario Iglesias Rocha, conocida cariñosamente como 'Doña Chayito', fue una atleta mexicana nacida en la Ciudad de México el 31 de agosto de 1910. Su legado deportivo y humano trascendió no por récords olímpicos, sino por algo aún más valioso: demostrar que la pasión no tiene fecha de caducidad.
Inició su carrera atlética en 1993, a los 83 años, en Japón, dentro de la categoría de adultos mayores. Desde entonces, corrió sin detenerse —literal y metafóricamente— en países como Canadá (1994), Estados Unidos (1995), Sudáfrica (1997), Reino Unido (1999) y Puerto Rico (2001). Su última competencia fue en San Sebastián, España, en 2005, cuando tenía ya 95 años y aún corría los 200 metros planos con tenacidad admirable.
Durante muchos años, su historia pasó desapercibida por los medios de comunicación. No fue sino hasta 2003, cuando recibió reconocimientos del entonces jefe de Gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador, y del Instituto Nacional de las Mujeres, que su figura comenzó a ganar notoriedad nacional.
Lo que más conmovió al público fue conocer su origen humilde: Doña Chayito vendía periódicos en la colonia Nápoles para subsistir. El deporte, lejos de ser una profesión lucrativa para ella, fue un acto de amor propio, una pasión que le dio fuerza, disciplina y sentido. Su ejemplo fue contundente: se puede comenzar a correr —y a soñar— incluso a los 80 años.
Uno de los mayores homenajes en vida que recibió fue portar la antorcha olímpica durante su recorrido por México rumbo a los Juegos Olímpicos de Atenas 2004. En un gesto simbólico y profundamente emotivo, Doña Chayito fue el último relevo de la llama olímpica en el país.
Rosario Iglesias falleció el 30 de enero de 2009, a los 98 años. Dejó tras de sí cerca de 100 triunfos, entre ellos 31 medallas en competencias internacionales y 72 nacionales. Pero más allá de los números, su verdadero legado es la inspiración: Doña Chayito corrió contra el tiempo, contra los prejuicios, y les ganó a todos.
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