- El TDA, es un padecimiento neuropsicológico y en ocasiones es hereditario
- Los pacientes que no reciben tratamiento son más proclives a un elevado consumo de café, nicotina o drogas
Dr.
Raúl Rodríguez Rivas, Director del Hospital de Psiquiatría “Dr. Gustavo
León Mojica García” explicó que hay niños que tienen más problemas de
atención y concentración que hiperactividad o impulsividad, por lo que
clasificados como flojitos en la escuela, tienen fracasos escolares y
son estigmatizados pues no terminan las actividades o son muy inquietos
en el salón de clases.
“Los
niños se dan cuenta que a pesar del esfuerzo fracasan. Los papás se
desesperan y presionan al niño, quien en consecuencia puede desarrollar
depresión”.
El
especialista explicó que el Trastorno por Déficit de Atención (TDA), es
una enfermedad que se registra desde etapas preescolares y puede
manifestarse con hiperactividad, inatención o impulsividad.
Explicó
que a diferencia de un niño que brinca, es alegre y platicador, el
paciente con TDA empieza a tener problemas por más de seis meses en
ambientes diferentes y tiene dificultades para aprender, socializar o en
seguir instrucciones.
Dijo
que el TDA es un trastorno neuropsicológico y otras veces hereditario y
que no es un problema de educación ni de disciplina del niño o de los
padres que no estén educando adecuadamente a sus hijos, sino un problema
a nivel de los neurotransmisores cerebrales que se corrigen con
medicamentos y psicoterapia.
Rodriguez
Rivas aclaró que la creencia de que el TDA significa hiperactividad, no
es del todo cierta, pues hay niños distraídos y muy dispersos que van a
tener muchos problemas en las calificaciones; en retener información,
aprender las tablas de multiplicar o terminar tareas.
Recomendó
que en los niños que presentan sobre todo hiperactividad, los padres
eviten tratamientos alternativos como quitarles el azúcar o aislarlos ya
que esto no corrige el problema, sólo retrasa el diagnóstico y un
tratamiento adecuado.
Finalmente
el especialista apuntó que los pacientes con TDA que no reciben
tratamiento son más proclives al consumo de grandes cantidades de café y
nicotina porque mejoran la concentración y atención, e incluso pueden
combinarlos con drogas.